viernes, 5 de febrero de 2010

Granito de Arena

La luz estaba en verde y aun los peatones seguían cruzando la calle como podían, los carros intentando evitar a los peatones, aparte de tocar sus cornetas de forma excesiva viraban un poco a los extremos de sus canales, produciendo que los motorizados insultaran y golpearan a los vehículos que ingresaban a “la zona de tránsito” de estos mismos. Los carros atrapados entre los cruces (o un poco antes) transitaban como podían para llegar a su calle correspondiente. Adicionalmente el semáforo estaba mal programado…

Si tan solo los peatones cruzaran por el rayado cuando les corresponde, si tan solo los carros no se comieran la luz, si tan solo los motorizados se comportaran cívicamente y no como pistoleros del lejano oeste. Si todos pusiéramos nuestro granito de arena…

La situación descrita inicialmente es fiel reflejo de la sociedad en que vivimos, es un caos. Todos tocamos corneta (nos quejamos) por las cosas malas que ocurren en el país, pero no demostramos nuestro civismo cuando este es puesto a prueba. Es cierto, el semáforo genera problema pero los usuarios nos dedicamos a agravar esos problemas. Para ayudar no tienes que ser un fiscal de transito y luchar a capa y espada intentando poner orden en el caos, solo debes comportarte como un ciudadano.

Venezuela se encuentra en un caos, no solo es un caos del sistema, también es un caos de ciudadanía. Si queremos que Venezuela salga adelante, debemos dar ese primer paso (siempre el más difícil), debemos olvidar ese beneficio personal, para obtener un beneficio colectivo. Debemos comenzar a comportarnos como la sociedad en la que queremos vivir, necesitamos dejar de pensar eso de “cuando todos lo hagan, yo lo hago”, porque solo basta que 2 personas piensen de esa forma para estancarnos en este desastre. En estos momentos no hace falta que unos pocos ciudadanos se “sacrifiquen por el equipo”, hace falta que todos hagan su trabajo, que todos pongan su granito de arena. Llegó el momento que nos bajemos a mover el árbol…


Aquí les dejo uno de los mejores videos que he visto en youtube que es muy ilustrativo sobre lo que quería expresar en este post…



Si ves al niño empujando el árbol ¿te bajarías a ayudarlo?

lunes, 1 de febrero de 2010

Y con un aplauso desapareció la democracia

Las focas aplaudieron a todo dar, se oyeron gritos de aprobación de los más efusivos, de los más “rajados” o simplemente de los más perdidos. La ley nuevamente había servido para todo, ahora en su nueva faceta: la aplicación retroactiva. Un (esquivo al cierre) canal de televisión al fin había caído (por segunda vez) y con su muerte, la libertad.

La fuerza de la ley y el terror como su arma principal ha arrasado con todos aquellos que se le han opuesto, o por lo menos ha pisoteado sus ganas de luchar, ha acabado con sus esperanzas. Su efecto dominó de terror (“da un castigo ejemplar a tu enemigo por más pequeño que sea y sembrarás el miedo en el resto de Ellos”), ha resultado más efectivo que las armas, para arrodillar y volver sumisos a sus antiguos enemigos. No sólo cayó RCTV, Televen calló y las cableras se arrodillaron ante la latente amenaza de caer también.



¿Cuando se acaba la democracia?, cuando se acaban nuestros derechos, cuando se acaba nuestra libertad, cuando se acaban las instituciones, cuando la Ley se amolda y se usa para controlar y eliminar a los enemigos políticos del gobierno.
El 23 de enero de 2010 en cadena nacional: se cayó una careta que estaba mal puesta, se violaron (una vez más) los derechos de todo un pueblo, la libertad de expresión sufrió una nueva puñalada, la aplicación de la ley empoderó su conocido matiz rojo, mientras que los representantes de las instituciones capaces detener esta violación a la constitución, brillaron por su ausencia.

El 23 de Enero de 2010 en cadena nacional entre un mar focas se anunció el inicio de una dictadura; y con un aplauso desapareció la democracia.

viernes, 15 de enero de 2010

Desde las Tribunas



En estos días me encontraba en el estadio universitario viendo un juego de beisbol, Tiburones vs Bravos. Gracias a aquel invento maravilloso conocido como abono, una amiga me regaló unas entradas y por lo tanto terminé en la tribuna de los abonados de los tiburones rodeado de los más acérrimos seguidores de este equipo. Este juego estuvo bastante disputado, los tiburones estuvieron la mayoría del juego perdiendo por 2 carreras y el equipo no parecía dar señales de vida (como la oposición). En uno de esos innings (entradas) de desesperación para los fanáticos, me encontré pensando en la realidad de la oposición venezolana a partir de las actitudes en el estadio:

• Los viejas de Altamira: estos son los que gritan durante todo el juego y celebran hasta el out más sencillo hecho por su equipo, para ellos siempre hay chance y si todos apoyaran como éstos lo hacen seguro motivarían a su equipo para superar cualquier obstáculo y ganar cualquier juego.

• Los viajeros: estos se rinden antes de terminado el partido, generalmente se van antes de finalizar el juego si su equipo no está ganando.

• Los radicales: Se dedican el juego entero a gritar improperios y comentarios hirientes a cualquiera de los 18 jugadores y a los umpires (árbitros). Este grupo está desesperado por el rumbo que lleva el juego y hace todo lo que está a su alcance para intentar hacer una diferencia.

• Los Ni-Nis: Realmente no les importa mucho el juego, puede ser gente que solo estén ahí porque no se han podido ir a otro país, digo juego/lugar, no le van a ninguno de los equipos (o le van a los 2), realmente el juego no es lo suyo y no van a hacer nada para intentar cambiar su curso ya que éste no les importa (aunque su resultado los pueda afectar).

• Los quejones: este grupo son los que se quejan de absolutamente todo lo que hace su propio equipo, no pierden una oportunidad para echarle tierra a algún jugador de su equipo, todo lo hecho por el equipo es insuficiente y siempre hay un jugador (por lo menos) que al deberían cambiar.

Sin embargo existe una gran diferencia de este encuentro con nuestra realidad; en el estadio estamos condenados a solo poder observar el curso de los acontecimientos, en nuestra realidad NO.

Actualmente los venezolanos tenemos el deber moral de pasar de ser, la vieja de Altamira o el radical que sale a protestar (pacíficamente o no), a ser un jugador más, debemos saltar al campo, pero no para sustituir a los que están jugando sino para jugar con los que están jugando; que útil sería tener un jugador que cubriera justo sobre segunda, que útil sería tener un jugador que cubriera la mitad entre segunda y tercera base, que útil sería que Venezuela tuviera jugadores que pudieran “tocar la bola” y sacrificar sus intereses personales por el bien del equipo, que útil sería que todos los venezolanos nos uniéramos para mejorar a Venezuela.

Solo espero que igualmente como en ese partido en particular terminemos ganando!